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EL
(N.* I.)
COMEDIA NUEVA
0<RIG INAC
CARBONERO DE LONDRES.
su AUTOR
mN AKTOKIO VALLADARES DE SOTOUA'ÍOR.
Enrique 7. Rejf de Inglaterra.
ALilord Rusban.
EL Conde de Egremont , Coronel.
M'tlord Gray.
Ricardo , Carbonero * Padre diil-
Genaro j / deil-
Isabela»
Eduardo y Criado antiguo de Rusban.
Enriqueta , creída hermana de Rusban,
' Jaymey Criado de Ricardo y f prometido Es-
poso de Isabela.
Oficial primero.
Oficiales y y Monteros del Rey.
Soldados,
La Scena se representa en el Monte de Fruslany y en la Casa que tiene en ilyy habita Ricardo.
JORNADA I.
La Lontananna del lado inqmerdo del Tea-
tro y será un Monte eminente cubierto
de arbustos , repartidos sin orden , peñasy
f rocas inaccesibles. Por la del derecho un
Valle y y en lo ultimo se verán algunos Edi-
ficios sumptuosos de la Corte de Londres , y
el Tamesis con alguna embarcación ancla-
da, En la fialda del Monte habrá varios
Arboles gruesos y y una gran porción de are-
na y capan de cubrir lo que se dirá d su
tiempo', la Luna iluminará la Scena es-
casamente y por ser antes de amanecery
yendo declinando d su Ocaso. Sale por la ix.-
qu’.erda Ricardo y en trage de trabajador
Inglésy con un axadon al hombro.
^^UE preciosa tnadrugadal
Que Eermosisimo está el CIcIqí
X oda la noche da Luna
lumbrada , j desceadisada
va ya á su ocaso. Dios mío,
solo que cuidéis ós ruego
de mis dos hijos, Genaro ,
é Isabela : Bien pequeños
les faltó su madre ; mas
hasta ahora me.lisongeo
de que tienen sus virtudes,
y SHS gracias. ¡Qué consuelo
es ,para un Padre , tener
unos hijos tan honestos,
y amables , como los mios!
Pero con quantos desvelos,
con quaiuo sudor del rostro,
les he‘ adquirido el sustento.,
y los he educado! Todo
fue bien empleado , supuesto
que hoy son ellos mi delicia*
mi regocijo , y contento.
Mi Isabela, mi Isabela
ama á su padre en extremo.
Y Genaro? Ah! que muchacho
es »i Genaro tan belioí
" 4 .
Na-
Bl Garhontra
Nada fay en éí reprehensible»
es un Inglés verdadero;
pero se ifrclina a los libros
Haas que al trabajo : Yo creo
quisiera haber estudiado,
y hacer un papel diverso
del que he hecho en el mundo yo:
Pero aunque estos sentimientos
son recomendables , tienen
contra si bastantes riesgos,
pues las malas eompaúias,
a los Jovenes mas buenos,
los COI rompen , y se quedan
©Igasánes estupendos.
Bien lo acredita un hermano
que tuve ; el qual , desde el señO
de las aulas, se escapó
a Indias , y su paradero
jamás se supo. Mi Padre,
(cengale Dios en el CieloJ
áesd'e Pllmout , nuestra Patria,-
vino á Londres , con deseo
de hallarle ; y después su Casa
^siendo yo entonces pequeño)
trasladó á este Monte , donde
Kic crió 5 y ttiutio contento*
Con la continua lección
de los libros , su talento
*ai hijo ha iluminado , y es
Bacuralrnente discreto.
Pues para que quiere mas?
Mi Padre fue Carbonero,
yo también , que aunque ilustre
un poc® mi entendimiento
eon el estudio , después
que mi buen Padre hubo muerto,
segui su oficio , y jamas
sos ha faltado el sustento:
Pues que mi hijo también sea
Carbonero, els lo que quiero;
que si lá felicidad
solamente está en el Cielo,
aquel será mas feliz,
que consiga merecerlo.
Lueo^o vendrá mi Genaro
á conducirme el slmuerzó:
Entretanto , azadón mió , ^
a «abajar... 4intn raidQ,
ruido de caballos cerca.
Si, no me engaño ;^pues veo
vienen á esta parte dos
hombres montados ; y aun creo
que otros los siguen á pie.
Si serán los Vandoleros
que de la Cárcel de Londres
se escaparon; y aun dixeron,
que á los seis dias robaron
á bastantes Pasageros.
Muy bien puede ser ; Mas yo
examinarlo pretendo,
ocultándome detras
de estos Arboles espesos.
Si hallarán á mi Genaro?
En imaginarlo tiemblo.
Mas ya han desmontado , y llegan
aquí. Q.ué temblor que llevol
Se oculta detrás de los Arboles. Salen Mtlord
Husban^ y Eduardo ^ con botas y espuelas ;/
quatro Criados f que conducen una Arca capan,
de admitir en ella lo que se dirá despuisy
la que dejarán donde Rusbas
les señala.
Rus. Llevadla cerca del Monte:
Ay está bien : Al momento
conducid los azadones;
teniendo todos por cierto,
que la vida perderá
quien descubra este secreto.
Vanse les Criados.
Eduardo , que se escapase
Carlos , sin que mi tremendo
furor no experimentase,
toda su sangre vertiendol
Edu. Sin duda tuvo , Señor,
aviso.
Rusb. Si , yo lo creo;
mas mis espías le buscan
esperanzados del premio
que he ofrecido al que á mi vist¿
le conduzca vivo , ó muerto;
y discurro no se libre
de ser infeliz trofeo
de mis iras; cuya Imagen
templa en parte mis tormentos,
pues sola su muerte falta
para verme satisfecho.
k parte.
rdu Con todo , Señor , os picio:-
tusb. Qu¿ sea cruel y sangriento ?
Pues si , yo te lo aseguro.
Si ya vengado me veo
por tu mano de esa aleve,
podré con Carlos ser menos
inhumauó y cruel ?
£di<. Ah!
Que mortal es mi tormento!
De que sirvió á mi terneza
la diese , en vez del veneno,
una confección , que solo
por determinado tiempo
adormece sus sentidos,
si darla vida no puedo !
Salen los criados con los ax.adones ; Rus^
han los conduce al pie del monte , don-
de está la arena , y cahan en ella.
Rusb. Cabad aqui ; haced un hoyo
capaz de que admita dentro
el arca.
Ric. Unos caban, otros
los miran ; y nada entiendo
de lo que hablan : Yo no se
lo que deba inferir de esto. , ■ ; ’
Rusb. Bien está ya; traed el arca, lo hacen,
Edu. Cómo de dolor no muero i á parte
Ric, Una arca llevan adonde
han cabado : Ahora comprendo
que son vandidos , y ocultan
lo que han robado.
Rusb. En su seno . i
introducidla , y con tierra, ?
y ramas , quede cubierto
el oprobrio mió.
Edu. Oh Dios!
como traspasa á mi pecho
esta amargura horrorosa!
Rusb. Como debe está ; marchemos*,
que ya las luces del día
nos alumbran. Entraremos
en Londres por diferentes
puertas ; para que con esto
se disimule este caso;
Y antes, á todos advierto,
que aquel que quiera vivir,
se olvide de este suceso.
Seguidme ;
vase.
'de Londres,
Edu. Mi corazo»
queda en este monte , Cielos!
Saca , y mira el relox .
Aun falta una hora. Oh , Dios !
í Si podré en tan corto tiempo
volver á darla la vida 1
Para qué la m¡ia quiero,
si no lo consigo ! Ah, Carlos l
Que será de ti ! Yo mesmo
tu peligro te avisé,
y no sé tu paradero.
Amigo infeliz ! Belleza
Rísrando al d.esiino det arca.
malograda ! cruel tormento !
Ric. Ya van acia los caballos :
Ya los dos montan en ellos:
Ya parten : Y con qué prisa !
Confuso estoy ! Qué mysterio
ocultará lo que he visto!
Con sus trinos y gorgeos
saludan al Alva ya
las aves. Mas ruido siento
por estotra parte : Nada
percibo por ella : Él viento
tal vez batiendo las ramas,
me ha asustado ; lo confieso.
Y si en quien delito no hay
produce tales eíeétos
solo el temor; qué no haráa
los propios remordimientos r.
de sus conciencias, en los
criminales verdaderos ?
Pero ahora no me he engañado;
Pasos oí-: mas ya veo
que es mi hijo querido
Pasa á recibirle al bastidor
ro con
Oh quanco,
Genaro mío , celebro
que tau pronto hayas venido I
Gen. Por qué , Señor ? mas qué advierto!
Pálido está vuestro rostro.
Padre , vos tembláis 1 Qué es esto?
Ric. Calla , no te escuchen.
Gen. Quién ?
Ric. Dejame observar primero.
Mirando dentro.
Gen. Estoy confuso.
í parte.
, y sale Gena*
un^ cesto.
mame.
4
iirV. Por jral
que registro , ilo los Vio.
Tal paso llevabas. Dirne :
No escuchastes á lo lexos
ruido de caballos , quando.
veniste aquí ?
Ge». No por cierto j ^
Stñor>
Ü/V, Pues, hijo mió >
á poquísimos rrjomentos
de haber llegado á este sifíb¿
vi que á él venían derechos
dos hombres- en sus caballos,
y coa ero á pie : Al pensamiento
me. vino en aquel instante
si tal vez los vandoleros
serian , que de la Cárcel
de Londres oímos se huyeronj
}' después , que varios robos
en el monte hablan hecho;
Para ver si examinaba
sa rumba, detrás de aquellos
robles me oculté ; Dejaron
i<9s caballos ; al momento,^
se presentaron aqui j
y en sus hombros c©nduxeroa*>
los quatro de pie una area^,
al parecer , con gran peso,
y no muy. pequeha.
■&e». Una arca ?■
Rlc. Si.
Gen. Y adonde la pnsiérom? I
Ric. Cabaron con azadones
al pie del monte , y haciend#
un hoyo , la sepultaron.
Yo todo lo estuve viendo;
si es que no íne lo ‘ fingió
ó la sorpresa , ó el miedo.
Gen. Pues , Señor" si esa es verdady
nínguBa duda tenemos
en que los vandidos- son 5
y que los robos que han hechOy
en '•el arca han- enterrada
para no ser descubisrtosi
Ric. Lo mismo he pensado.
Gen. Pues f:'
ya que benéfico el Cielo
üsta dicha ao» presen:^ \J-.
El Carbonero
el arca desenterremos,
y hagamos nuestro el tesoré
que ellos robaron : Con esto
podemos ir á la Corte
á vivir ; tener sosiego,
«sted , sin mas trabajar ,
‘ y dar yo adelantamientos
á mi cuna humilde en el
estudio , á cuyos progresos,
si son felices , la Patria,
premiándolos , dá fomento.
Vamos á sacar el arca,
que ha de ser nuestro consuelo^
Señor,
Ric. Espera , Genaro,
Tu corto conocimiento,
y tu poca reflexión,
un discurso tan opuesto
á la razón, te ha inspirado.
Gen. Por qué? |
Ríe. Si fuese dinero
lo que encierra el arca , cómo
pudiera á nuestro remedio
servir , sabiendo es robado ?
Yo mucho peor , que los mesmod
•varididos seria , si
diera á tu discurso ascenso.
Aquello que se posee
sin voluntad de su dueaoj
siempre á la restitución
obliga. Si es lo que pienso *■
lo que el arca oculta , al panto
al Magistrado daremos
Boticia , para que indague
quienes los robados fueron,
' y les vuelva á cada uno
lo suyo. Hijo , te advierto
que el orones perjudial
al que le abriga en el seno
de su corazón con ansia:
Y si se alcanza por medios
injustos , como el presente,
es un tósigo, un veneno^ ‘•
á cuyo contadlo queda
infestado todo el cuerpo.
Gen. Pero saquemos el arca ,
y lo que Usted quiera , haremof.
Rk. '£$0 $i. Nadie parece
por
if Lon^ref.
por d ttiMEC. ^esr»-
Observando per tedat pAfttt»
Sen. No tengo
quietud , hasta que áel are»
las eiítraftas vea.
Ríe. Advierto-
que está movida la tíerrai
aqui.
Sen. Si Señor. Cabemos
con valor , que este carboff
alegra solo con verlo.
Sahan y después de un momento dsi»
Genaro.^
No deis mas golpes j Señor,,
que el arca amable, en efedlo^.
está aquí-.
Ric. Saquemosla;
Hacen fuerx.a para mcarlar
Gen. Quanto pesa , Padre ! Apuesto^
que desde el suelo á la tapa
está llena de talegos.
Vuelven á hacer fuencAy y la satani'
Rk. Yá' está fuera;
Geni Nunca emplee
mis fuerzas con mas contentor
Ric. Conduzcámosla á aquel ladoi
Gen. Si Señor , que alli veremos^-
mejor d- metal precioso
que oculta.
La conducen en rñedh,- -
Ric. Por Dios , me siento
Limpiase el sudor.-
Eas cansado , que si bubieraí
trabajado un dia entero
con el azadón. A casa
no es posible - la Uevemof' v .
los dos solos.
Gen. Có:r o no? . -
Solo á' llevarla me atrevo
al fin del mundo. Del oro
es apetecible t i peso.-
Rlc. Espera : La llave tiesa"
en la cerradarai •?
Gen. Bueno ] _ j .
Abridla’, porque su vista
sati^fega mi deseo.
Ric. Dices biem. Sola una buelta
tiene la llave.
iii abre y f te descubre Enriqueta en trago
vtuy lucido , como muerta ; los dos al
verla se sorprenden y y se retiran
un pccoy eomo temeroso}..
Los z. Qué veol-
Ric. Hijo;-
Gen. Padre."-
Ric. Este tesoror-
Gen. Es el, mas rico , el mas belle?
que pudo jamás juntar
Midas. Qué amable portento
de hermosura ! No temáis,
llegad 5 que entregada á un sueño
parece que esta belleza
está. Ahora considero
que es el tesoro mas grande,,
el mas feliz , y opulento
el presente , Señor , pues
nos facilita los medios
para ejtercer lacl emenci»
con nuestr» especie.
Ric. Eso es cierto, acercandcTé.
hijo miq : mas discurro',
por el modo' en que la advkrco,
que está muerta esta belleza.
Examina el rostroy y pulso de Enriquetai.
Gen. No Señor , no hay nada de eso i
Conducid un poco dé agua,
que tiene pulsos».
Ric. Corriendo
voy á la fuente por ella-.-
Gen. El vaso está ahi.
Ríe. Ya le veo.
Le saca de la cesta qué traje Genaro^
Ko te apartes de su lado.
Que particular suceso ! vase corriendo.
Gen. Hermosa Deydad , que yerta
aun Qo ecuAtas la luz pura
que derrama tu hermosura
dándome la muerte cierta :
Si quando pareces muerta,
• produces tan dulce estragoy
qué barias con el albago t
• Qué, si toda su entereza -'i
respirára tu belleza,
pues de ella es esta un- amago -f »- v
Si tu hermosura á la rosa
Sirenta , aua de esa manera,
. ' Sí»
El Carhoners
s
qué nohiruj s-i est&viell
en su plenitud preciosa ?
Si tanta inquietud gustosa
en trd interior has causado
aun en ese triste estado,
que seria si me hablaras l
Pero qué mas , sí en tus aras
mi vida he sacrificado ! _
Vuelve en ti , respira^ , alienta,
y para dulces despojos,
los labios abre , y los ojos,
para que mas fuego sienta.
Ei que registrar intenta
d fuego al Sol , en su fuego
ciego queda : En tu sosiego
tanw fuego he registrado,
que me contemplo abrasado t
mas conio? Abrasado , y ciego.^^ '
Este dulce frenes! ■.•I--
ha puesto mi vida en calma» <
O deja tranquila mi alma,
ó con tu voz da;- ^
Ay de mi 1
Con V9X. triste y melancólica.
Ge». Llegad , Señor. . , . , .
Viendo salir con el agua a Ktcarde.
Sale Ric. Ya está aquí. _
el agua : Pero se advierte, ^ >
que mas propicia la suerte
con la vida la convida.^
Ge». Si Señor , ya tiene vida.^ ^
Y á mi me ha dado, la muertel «t parte
Kic. Señorat-
Enriq . Eduardo. -
Gen. Qué advierto l
.. Eduardo dixo 1 Y apenas
oí su voz , me da zelos.
Kíc. Levantémosla , Genaro.
6en. Dejad , Padre , que primero
mi gaban sobre esta pena
ponga, para que de asiento
la sirva.
Eíiuatíio.*
Ge». Otra vez
hallo mi muerte en su acento.
Jije. Saquemosla.
Lo hacen y y la sientau.
Mnrui. Injusto , esgsra:-
í aparte.
Lo hace.
mas , donile «tóy , justos cielos!
No hay cosa que no admire .
Vosotros quién sois ! Que veo .
Este es un monte. Ay •
Como estoy en él ! Que es esto .
Gen. Señora , tranquil.zaos 5
respire con aulce aliento
vuestra amable vida : En eda
nuestro interés pender Luego
sabréis quien son los que .ogran
la formea de teneros
entre sus rústicos brazos ;
y que ansiosos preetnciemos
á costa de nuestro ser,
cobréis fclizncníe el vuestro.
Hic. Si S-'ñora , que aunque humildes
no fai a de nuestros pechos
la voz de la humanidad,
que nos uanda soco reros-
Enriq. Amigos - por mas que quiera
mostrar mi agr.adeciniiento
á unas almas tan sencillas
corno las vuestras , me advierta
tan débil , que apenas puede
formar el labio el acento.
Oh buen Dios ’
Gen. Está muy cerca
nuestra casa ; en ella espero
que á vuestra debilidad
se encuentre pronto remedio.
Eic. Si Señora , en nuestros hombros ;
á mi casa os Ileyaremos.
Enriq. Lo que queráis sea , amigos:
Pero antes rendida os ruego,
me quitéis por piedad las
confusiones que padezco. . ,
Milord Rusban , aquel cruel,
os ha dado ilgun precepto o
contra mi vida i Dio ‘nuerte
á Carlos > Concurre en es^o
Eduardo? Me han conducido
á este triste lugar ellos ?
Sacadme en pocas palabras .
de las dudas, que padezco.
Gen. Ni á Milor Rusban , ni á Carlos»
ni á ese Eduardo , cor.ocemos.
La Piovidencia dispuso,
que fuésemos instrumento
dg Londres,
para qae desde el scpulcr*
os sacásemos.^
Mnri0‘ Qué advierto I
Desde el sepulcro !
%.ic. Señora,
en esa arca os conduxeroft
aquí quatro hombres á pie,
y dos á caballo.
'£nr!q. Ah cielos 1
£¡c. Y dexandoos enterrada
en aquel hoyo , se fueron.
Jpjfiriq* Dios I
Klc. Yo lo vi todo.
Vino mi hqo ; y al momento
desde la mueite os sacamos
á la vida. No hay mas que esto..
Enrtq. Pues amigos , al instante
á A^estra casa pasemos 5
porque' de vuestra pequeña
relficion , sin duda infiero,
que Milord Rusban es quien
roe persigue ; y considero
que si le hallamos , acabe
con mi vida. Por lo mesnaOy
el detenernos aquí,
es , amigos , muy expuesto.
Amparad á mi inocencia,
ya que me promete el cielo
en vosotros un asilo
constante , fiel , y sincero.
Ktc. Siempre le tendréis , Señotó.
Otra vez el arca entremos
dbntfe la dejaron.
La emitan en el hojo ,y la eiibren con
ramas.
Mnrtq. Ah !
y quantos tristes objetos
mi imaginación combaten !
La vida á estos hombres deboí
Kic. Ya está como debe. Vamos,
Señora. Mas ruido siento.
Dentro unos. Herido va el javali.
©tro. Y le sigue nuestro dueño
por el monte , amenazando
á su vida mucho riesgo.'
Dentro Rey. Suspende , sobervio bruto,
tu feroz curso.
A/V. Qué veo l Mirando dentro.^
Ski sujetafse el caballo ^
a los preceptos del freno
al ginete le conduce
del monte á lo mías expuesto,
y es fuerza le precipite.
Enriq. Pero estamos en un riesgo
iminente , amigos , si
aqui mas nos detenemos,
y me conocen.
Gen. Señor,
pues que ya permite el Cielo,
que esta Señora respire
con mas fuerzas, mas aliento,
conducidla á casa , mientras
yo doy á aquel Caballero
favor , si es posible.
Ríe. Si ,
dices bien ; vete al momento.
Seguidme , Señora.
Enrsq. Vamos:::
Y en mis atroces tormentos:-
Gen. En mis amantes fatigas;-
Kic. Y en tan dichoso sueeso:-
Los tres. Permita el Cielo , que todo
termine en gozo , y contento.
Ricardo conduce í Enriqueta , la que ira
sostenida en sus hombres por la ix-quierda^
Genaro parte corriendo por la derecha.
Al ilegar al bastidor , cae al Tea-
tro como precipitado el Key.
Rey Favor , Cielos!
Gen. Infeliz
Joven , ya te ofrecen ellos
el mió! Mas qué fortuna !
Mirándole con mucho cuidado,
Sán sentido está , no muerto,
ni aun herido. Si al instanto
se le aplicase un remedio
eficaz , en si bolviera.^
Pues á qué aguardo ? Qué espera?
En mi casa le hallará,"
que aunque no estuviera hacienda
su oficio la humanidad
en mi corazón , tan bello
Joven merece expusiera *
yo por el suyo mi aliento. ' '
Le conduciré en mis brazos.
X quiera piadoso el Cielo,
f
qiíe el log!^ VÓlvef il,
y JO templar el incendio
«ue en mi alma produxo la
Deydad por quien vivo , y muero.
Le coge en sus brax-os , y ie lltva por ¿a ix.-
quhrda. Por la derecha salen el Condg
de Egremont , y algunos Ofici ale s^ con
botasi f espuelasyy Monteros.
Egretn. Seguidme todos ; No quede
parccj que no penetremos
del monte , buscando al Rey;
Algunos Oficíalos y y Monteros se reparten
t por el monte.
pues se empeñó en ir siguiendo
al jivali , y el caballo
desenfrenado y sobervio,
le introduxo entre unas^ peñas,
y le expuso á mucho riesgo.
Yo de vista le perdi,
por mas que en su seguimiento
ful coñ mi caballo. Oh. Dios .
M Carít9ntf9
el cabaflo (á hablar «o acierto)
se ha hallado precipitado
en el llano ; De esto infiera
( Qué lastimosa tragedia
que a su Magestad ha muerto
despenándole.
Salea ¡os Oficiales , y Monteros c¡ue fueron
por el monte.
Egrem. Qué escucho !
Oficial I . Señor , ahora un pasagera ^
nos acaba de decir,
que conduce un Carbonero
en sus hombros ( Qué dolor i )
á un bizarro Joven , muerto
al parecer y según
las señis , es el Rey nuestro
pues en el monte no se halla
Egrern. Por donde va ese hombre ?
Oficial I. Derecho . .b
á Londres.
Esrem. Pues venid todos
Alguna desgracia temo l
Y "será el mayor dolor
para mi , porque sabiendo ^ ^
que hoy mismo por este sitio
pasará mi Regimiento
para embarcarse > pedí
■¿1 Rey se dignase verlo, ^
para que su Real presencia
infundiese nuevo aliento
en sus Soldados ; porque^
siempre he tenido por cierto,
que la vista del Monarca
hace al Soldado guerrero.
Accedió su Magestad
á mis reverentes ruegos
benignamente , y dispuso
divertirse todo el tiempo
que el Regimiento tardase
en llegar , cazando ; y esto
ha dado causa al peligro
'de su Real vida ; que siento
aun mas que perder la mia-
No parece , y no sosiego.
■jak Milord Gray con botas y espuela^
frectpftadamente seguid» de algu-
nos Monteros.
Gofcdc tgrc»0« , del Res
conmigo.
'Todos Dia funesto !
■Vanse pc” 'la izquierda. Por ía derecha
len Rusbany y Eduardo y este coa^
¿luce das agadones.
íRusb. Eduarüo , dame otra vez
los brazos. Con q ;e en efeéfco
una confección ligera
la diste j en vez del veneno
que te mandé ?
lEduar. Si Se'ñcrr;
y ya va llegando el tiempo
en que concluya el deliquio
que logró poner suspenso
el curso á su vida.
Piusb. Yo
daré á tu acción un gran premioi _
Mdtiar. Señor , no nos detengaraost
Al punto desenterremos
á Enriqueta , para darla
los eficaces remedios
que puedan restablecerla,
pues ya los traygo dispuestos.
Rusb. Vamos ai instante, que este
el sitio ha de ser.
Eduar. Y aun creo
dexaatos i este lado.
- - i*
de L
Ru !. 'Es verd^J jcon es‘fls -ecos
Ran’os , dejamos cubíerr i
la tierra : Eduardo , cabemos.
í,o ójicen 5 T áisputs de niGrtiena ¿íce
Rusha».
Ya hallamos el arca , que
encierra el dulce embeleso
de mi corazón ; Aprisa»
saqueniosla.
^duít. Qué contento! {ap. f sacan ti aráa,
Pero , Señor, poco pesa.
Rusb. Si. Mas qué puede ser esto!
Deja , la abriié. Qué miro!
Abre , / ff sorprenden.
Edua. Justo Dios! No está en su seno»
Rusb. No pretendas encubrir
con hipocritos extremos
tu delito. Esa fingida
admiración , la comprendo*
Por orden tuya á Enriqueta q
de aquí han sacado ; pues si esto ^
no fuera asi, quién pudiera ^
(respo ideme) haberlo hecho,
quando tú , y yo , ■^o^anrenes
sobemos este secreto?.
Yo te perdono esta culpa,
porque fi memente creo
la cometiste por dar
vida á Enriqueta; y prometo
premiar tu acción. Donde está>
No alzes los cjos al Cielo,
ni con esos ademanes
te just-fiques , supuesto
que no lo podrás lograr.
No me irrites mas. Di presto
donde está , d de mis furores:-
Edua. Señor, yojuro:-
Rusb. El acento, ,
suspende ; que en este asuato
no creo tus juramentos.
Di donde está , ó mueres.
Rdua. Suma _
Provi.iencia , que estás viendo
de mi alma la pena , y que
sin motivo estoy expuesto
á perder nú vida , déme
^ue>tra clemencia remediol
Si a j.-fender iiil inocencia
ondrí', , .a
aspro , 12 Vida pi-erdo.
Pues qué h.i’é'^
Rusl . Tu -uspensic.n
es la prueba de tu yerr«i
o di la verdad, ó parte ,
tu corazón este acero.
Saca un puñal , y se le pene al pecho»
Edua. Suspended , Señor , vuestra ira, ,
que ya la verdad confieso.
Por orden mía á Enriqueta
sacaron de aquí. ^ ^
Rusb. Bien hecho. . ''
Pero donde está?
Edua. Señor: -
Que le diré? ^ap,
Rusb. Pierde el miedo: ..j
Ya guando el puñal , y ,ya es «na? "'
gozo mi fpror tremendo. ,
Dónde á Enriqueta llevaron».
Edua. No íéque decirle: pero;:- ,
esto ha de ser. Señor , cerca
de este .sitio, un Carbonero
tiene su Casa , y en ella -
me parece encontraremos .
á Enriqueta. Salga ^
ahora de este fuerce riesgo; ; '
que después. Dios sabrá dar V ‘
á mis desdichas remedio. ' ' ^
Vamos al punto á esa Casar -
Pero antes decirte Quiero
cosas que ignoras. Ya sabes c' ■
que tuve'justos recelos
de que á Carlos E.nriqueta
amaba desde pequeño,
pues se crió en Casa; Intenté
saber á fondo lo cierto
de este caso ; y fingí que Iba
ádÍTertirme no lejos . '
de Londres ; pero-quedando .
oculto , apenas su negro ; ,
manto la noche extendió;
con liase trae tra , que rengo,
por cl Jardín entré en Casa,
exami.no con silencio
algunas p'ezas ; en una
que estaba Fniiquera advierto,
y oí que á solas decía...
¡Quá ndo vend á Carlos , Ciclos,
B pa-
i: ¿
10
para gue mis ínquieturles
con su vista hallen consuelo!
A estas clausulas , me inflama
el furor ; y con él ciego ^
corro á Enriqueta j da \oceSj
la luz apaga j pretendo
hallarla , y no lo consigo;
llegasteis en este tiempo
todos los Criados de casa;
busco á Carlos -j no le encuentros
y al día siguiente supe ,
su fuga s V' que estaba haciendo^ ^
Enriqueta diligencias "
para seguirle. Fue lleno
inl corazón del horror
mas feroz i Y nó creas que esta
la sangre the 16 inspiraba, ^
sino un cruel , un sangriento
mortal inílüxo / que no .
Káy resistencia á su iniperios
pues ya Enriqueta sabia
por boca mia un secreto,
que la obligaba a mostrar
á mis cariños tan tiernqs.
Aquella correspondencia
que solicité mi anclo, , _ , , ^
y que siempre negó ingrata, “
por ser Carlos el objeto,^
y el Idolo , en que ofrecía _
su admiraciaiy los obsequios. ^
Perdonad que os loteirumpai ^
pues lo que os estoy oyendo y
me admita-. Vos preter-oisteis
que Enriqueta diera prenuQ
a vuestros cariños?
KuWa Sí. ^ a i
Edu y cómo puede ser eso,
sfe^o vues^a hermana? OhCp^
cada vez eá mi tormentó
mas irreparable!
Rusb. No
quieras con esos misterios
disimular lo que sabeSy ■ .
pues todo se ha descubierto;
Si hasta aqai el callar en ti
fue necesario , ya advierto
que lo contrario es preciso,
6 faltar á los respetos
El Carbonero
que debes a la meiTioria
de mi padre ; Escucha atento:
Para evitar las ofensas
que Enriqueta (Ah )ustos Cielos!)
roe hacia , y para vengar
de una vez todos mis zelos,
■ ' pienso darla muerte ; A ti
solo dixe mis intentos,
■ que resististe constante
■ ’ eon tus lagrimas , tus ruegos,
y prudentes reflexiones:
^ Mas te dixe.?. En el concepto
'^í dg que yo la. he de dar muerte,
6 elige ser instrumento
de ella , ó me sabré valer
de otra mano ; Y Conociendo ^
tú mi condición altiva,
y que llegaria á efeélo
mi prom.esa ^ consentiste y
(por no haber otro remedio)*
en darla á noche, por mí
ya preparado, un veneno. "
Se executó asi : En el arca'r
se condujo aquí: Y volviendo
a Londres , en el camino
hice discursos diversos- „ y
de esta tragedia : El amor
renació en mi amante pecho
entonces , y se olvidarori
los furores de mis zelos:
Sentí haber sido tan cruel
con la que adoro: A despecho
de mi rubor , por ios ojos
copiosas lagrimas vierto, ^
nombrando siempre á Enriqueta,
y el instante maldiciendo
de una deliberación- . ’
tan horrorosa en extremo.'"' \
Mi dolor examinaste,
le encontraste verdadero;
y despachando los Criados,
me dixiste ,que en efefto
vive Enriqueta : La fuerza
de este gozo, los acentos
arrebató de mis labios;
En fin, supe por extenso
que sola una confección
la diste, en vez del veneno;
C- j
de
9 ane volvería á dar
sus luces al orbe, dentr®
de una hora t testa noticia
me sorprendió ; En el momento
volvimos aquí : Y pues ya
10 que era luto , y lamento,
es ^biio, y alegría,
vuelva Enriqueta a ser nuevo
hechizo de mi alma , vuelva •
á iluminar con los bellos
rayos de su perfección
al mundo ; y tu. fiel, y atento,
persuádela á que mi amor
premie , y deje satisfechos ^ i
los agravios que hasta aquí
hizo á mi amor su desprecio.
Y para que nada tengas
que preguntarme , te entrego
este papel, que escribió, ^
y firmó, pocos momentos
antes de morir , mi padre;
diciendome... Lo que dejo
aqui escrito , es la verdad;
y Eduardo es testigo de ello.
Leele ; y conoce si fue
mi rigor , aunque sangriento,
justo , al verme despreciado
de Enriqueta, ya sabiendo ^
ella por mí , que no era ^
hermana mia ; Y pues dejo
en tu arbitrio mi pasión,
Bii ardor s inquietud , e incendios
haz , Eduardo , que consiga
lo que amo , adoro , y aprecio»
para lo qual , vamos , ven
á esa casa , al dulce centro
en que dices que descansa
mi Enriqueta ; pues con esto
mis fatigas lograrán
tranquilidad , y sosiego.
Edu. Válgame Dios! Qué reato,
qué tropel de desconciertost ,
un exceso no produce!
Yo le hice, y yo le padezco.
Quinto este papel expresa,
es , Señor , muy verdadero:
Vuestro Padre halló á Enriqueta
recién nacida , en el medio
I ondres. -
del Jardín ; la recogió;
y habiendo aquel día muerto
una hermana vue-stra , que
nació la noche antes , viendo
vuestro padre .esta ocasión,
' " para no dar sentimiento
á vuestra madre , á Enriqueta
la hizo adornar con los mesmos
vestidos de vuestra hermana;
y encargándome el secreto»
por hija suya pasó;
Todo lo vi , y lo confieso.
Ku¡, Y sus padres no se pudo
saber nunca quienes fueron?
Ed». No Señor. Yo los tendré
ocultos hasta su tiempo.
Rus. Pues sígueme ; porque el verla
es solo lo que deseo. ^ ^
Edu. Vamos Señor, Permitid,'
ó justo Dios;- i 1
Rus. Quiera el Cielo:- _ ,
Les z. Que mis ansias, y fatigas
tengan bien, dicha, y consuelo..
It
( 4 ^
JORNADA II.
" O
Salín corto de la Casa de Ricardo. Sslenjof-
me , € Isabela.
isa.
Algame Dios , Jayme , quaatas
cosas hoy se nos preseutíin
en casa ; y tan r'áras , qiíi
parecen i las Novelas,
que por las noches de Invicrn»
nos relataba mi Abiielal
La Señora , que mi padre
condujo , ya está tai« buena:
tan hermosa , que á la misma
rosa su color afrenta.
J'*/. Y eso es que estuvo enterrada,
según vuestro padre cuenca.
Isa. Pues cómo resucitó,
Jayme , si ya estaba muerta?
Jay. Yo discurro que seiía
su muerte de mentirejas.
Isa. De mentirejas? Has visto
B i
al-
r^’
al-^-ano tú, que se muera
de ese modo, que le encierren^,
y después viva?-
Jay. Isabela,-
las cosas ds lo5 defuntos
hay pocos que las entiendatí.;
Isa. Mi hernaaiK) traja dettipues
á mi Seáor , con su venera
¡nay grande al pecho , ea sus hoHibros
y pensando que estuviera /
muerto también > mas mi padpe.^
cierto espiritu conserva,
que le aplicó j y al insta.ntc-£-, ,
volvió en
El Carhúpcro
Jar,. Con qu« de ese modo , soy:-
Isa. Como una basquina vieja,
que en tiempo, de aguas se toma;
y en tiempo de Snl se deja.
Jar. Pues , ingrata , para siempre,
te olvidaré*
Isa. No me pesa:
A bien que hoy tengo fres Novios
y todos dóuna presencia
mejor que la toyá.
"^av. Pero
no amariíi de la manera =
que yo te. amo.
Isa. Y cómo meam?»'?
/«xl. Y ya está: fuera
de pelisrro, y con tu padre, «
y mi/amo , hablando en la huerta»
Isa. Pues con la JDama mi hermano
hace gran rato “
en ia Sala grande;
©yes , estaban niuy "csrca
uno del otro ; mi hermano,
la mira-bá con terneza»;
suspiraba alguna vez,
' y' otíáFia deciá cieriSs^' -
cosas , que., aunque llegúela ciirlas^
no pude‘bien entenderl-asy
porque dicen que él es sabios-
‘y yo no soy muy discreta,
Jav. Pero di ; no conociste
si acaso esas cosas eraij
de anior? ' ■. •
Toma i'de amor ; eso ' ' '
se reconoce á^la legua.
J¿í/. Por lo mismo he conocido--
que ei Jbveticiro te a.legra,
y re se encienden los ojos
q liando le ves. "
Isa. Si eso fuera, • '
no tendrík m-uy buen gusto?
Tiene ana cara tan bella, ,
y es tab bonito y gatan,
que rendir podrá á una piedra.
Jay. Y delante de mi alabas
á Otro asi ?■“ ' .
Isa. Yo soy sincera;
y ya ves que lo mejor
.merece la preferencia.
vaya , veaim-s cu fineza.
Jay. Del peasamíento jamás
te me apartas; á- la mesa
te tengo plísente ; qoiaiido
voy á hacer carbón ,'ias pie iras
íTiC ofiecen tu imagen be’la,.
y quando vengo de noche
por el campo , y me amedrenta
alguna cosa , loí ojos
cierro , pienso en ti , en la idea
te plantificas , y el miedo " ^ -
de mi al instante destierras..
Mira tú, si algún amante
habrá , á quien esto suceda,
jjii. Pobreciiio J-áyíné’f Toma,
comete ése par de almendras,
que te oítiece mi bondad
en pago de tu fin-eza.
Jay- 1*0“^ de cu h^ermosa mano,
verás qne me refrigeran.
Isa. Mi Padre ha dispuesto que saya
gna comida rnuy buena,
y que bayi-emos dempues
con pandero , y castaftaelas;
para que los generosos
huespedes , de esta manera y
* obsequiados , y servidos
hoy de todbs Jaym.e , sean:
Y por lo mismo me he puesto
el bestido'de la.s fiestas.
Jay. El que la Señora trae,
que guapo que e’sl
Isa. Mejor tela,
y mas oro tiene el de el
*5
l-ondres.
Señor; Y que bien Is sienta! amables enhorabuena
Jar. Tu hcrniAUG. y la Djina vienen.
l¡a. Pues j Jayme ^ espírame á iuerai.
que si instante iré á ensaya-r
el bayhe que nos enseñas.
Jay. Que vayas proato.
Isa. Al momento. Vase por la derecha.
Salen por la izquierda Enriqueta ^ y Genaro'.:
lísibtla pasa á recibiría al bastido?-..
Señora , vaya , estáis buena
del codo ya? Se ha acabado
aquella n3ala eníiuencia
que os atormentaba? El rostré^^ A.
á lo menos, maiiiíiesra ” *=
en su hermosura , que ya
no hay peligro que se temar
en vuestra salud. '
Enriq.. Asi esj - J
porque por mas que atormentaa»
á mt corazón moríales
sentimientos , sin aquella-
inquietud respiro ya^
que me oprimía 5 y es fuerza
confesar que aquí he, encontrado^
el alivio á mis dolencias.
Mientras mas le miro ^ Cielos,.
mas mi corazón- se ir.qufeta:
Pero lo que el alma siente,,
téngalo oculto la lengua.
2ya. Sj St ñora , hay a n nai Gasa Ce» irsrtia..
medicinas para ciertas- >
enfermedades , preciosas;
y mi hermano sabe hacerlas
psrfedamente : Si acaso
algún mal nuevo os molesta^
declarádselo > y Veréis
€or&-o-al instante os remedia..
Si , Genaro ^ ala Señora
cuídala , pues su belleza
es preciso que te encante,
supuesto que me em¡bel£ss.
Yo voy á ensayar elbayle;
hasta luego. Soles quedan: Qip,
Si se aman , como lo pienso,
preciso es me lo agradezcan,
porque ios finos am.anies
solos siempre tsiár quisieran. (Fase.
Otra, y otras muchas veces
á mí .mismo me repito.
Señora , pues la luz bella ’
de vuestra herm.osura desde
las horrorosas tinieblas
en que yacia , ilumíne
-i quantos disfrutan de ella.
Oh kliz aquel instante
en que benéfica Estrella
ai monte Ileso á md padre,
para que en él desen-briera
el mas precioso tesoro'
que el cóncavo de la tierra
escondía.
Enriq. Tus favores,
por mas que no los merezca,
es preciso agradecerlos,
pues advierto ios engendra
una inclinación sencilla,
y una voluntad sincera:
Pero aunque mis sentimientos
se esmeren , pomas que quieran
manifestar codo, ci fondo
de nn gratitud , no encuentra
ni aun la imaginación , modo
de lecompensar la deuJa
que á tu padre , y á lí debo;
que hay' acciones , hay finezas
tan sublimes , qne no aamite
retribución Ja grandeza
de su mérito , porque
todo es corta recompensa.
La vida te debo, y esto
no hay con que pagarse pueda.
Solamente un medio eccuer.tio,
(Een. Y es ?
Enriq. Hacerte dueño de ella.
Gen. Dueño yo de vuestra vida,
quando la mia confiesa
pende de la vuestra tanto,
que alienta porque ella alienta?
Ah S-ñora ! vuestra vida
esquíen la mia conserva.
Enriq. Y que pueda haber una.alau (as.
tan generosa ,^tan üena
de perfecciones', en un
Carbonero!-
Cen. Qué dscenga
al
Sh hi'O
14
El Carhon/ró
al labio el respedo , quando
de arRor me abrasa la hoguera?
Enríq. Y he de ocultar esta llama,
siendo imposible vencerla!
Gíh. Pues el respeto perdone,
que mi amor pi^eciso es s-epa.
Enñq. Amándole tanto , cómo
podré resistir la fuerza
que á él me ha iticiinadoí
en. Señora?
nr'q. Qué dices? .
r«. Solo quisier»,
ya que os dignasteis de darnos
de vuestrasxdesgracias cuenta,
saber si á Milord R-Usban
amais.
En ^q» Pe aborrezco . A-qUvlla
pasión que le- tuve como
á hermano > fue horror apenas
me manifestó el p^pel,
en Que su padre confesa
oue yo no era hermana suya.
Gen. Y á Carlos?
Enr’q. Mi alma le aprecia
por su virtud ; pero no_ es
este amor , pasión que inceadis
rodo el corazón,
G^n. Pues qué es? _
Enñn. Solo una correspondencia
que un buen proceder merece.
Gen Según eso , no se encuentra
pasión conocida en vos
á nadie?
Quiza la
G^n. Pero qué correspondida
series^del que la tnereicai
Enriq. Eso no se.
Qen Cómo?
Cort;o ^ .
nació mi pasión apenas
tuve vida, y lo que adoro
aun no creo que lo sepa.
Q^rt. Desde, que cubisteis vida,
' amaisi Fuerza es me sorprenda.
EnrJq De qué?
G°n. Pues el alma entonces
puede amai?
Enriq. Quién eso niega?
(jp.
(ap,
{ap.
{ap.
Desde hoy yo cuento mi vida,
pues la pasada , ya muerta
la tuve i hoy volví al mundo:
y mi pasión hoy empieza.
Gen. Que decisl Pues también hoy
ha sido la vez primera
que yo he arnado.
Enriq. Y á quien? , ^ .
Aquien , Señora ? A Enriqueta.
Enriq. A Enriqueta ? Y quien es?
Gen. Una .
Deidad que en mi pecho reyna.
Enriq. Y tiene mi propio nombre!
Gen. Y rodas las gracias vuestras.
Enriq. Es cosa rata!
Gen. No tanto.
Enriq. Por que?^
Gen. Porque sois la mcsmi
que amando esta el alma niia.
Yo bien sé me expongo á vuestra
indignación , declarando
mi amor ; Mas si resistencia
no encuentro á este dulce iuceudiO>
sabedle vos , y yo muera.
Mi pasión se agita mas
á vuestra vistas y pues esta
es la que mi atrevimiento
produce , hasta que comprenda
si me amais, ó aborrecéis,
sabré , Stñora , huir de ella;
con lo uno me daréis vida,
y con lo otro es fuerza muera.
Se oculta en el bastidor y y desde él dice'
Veré que efeófo ha causado
mi declaración en ella.
Enriq. Espera , Genaro , aguardar-
se fue en efeóto. Ahora es fuerza,
que lo que siento en el pecho,
lo haga publico la lengua.
Genaro me ama. Y Genaro
quién es , para que merezca
que nii altivez á su amor
pueda dar correspondencia?
Mi altivéz dixe ? Ah l que mal
con mi situación concuerda,
, tan vano nombre l Genaro,
sin que esto alabarle sea,
es hijo de uB Carbonero
V
ho«
ds LondriS,
honrado , de una presencia
agradable ; 7 de su oficio
su talento degeneraj
porque discreto , con una
alma noble , una sincera
dulce, atraóbiva , y afable
expresión , le ínanifiescan
acreedor á que le mire
con agrado una belleza.
Este es Genaro. Mas yo
quien soy ? Ah ! que cruel respuesta
puedo darme !. Ayer pensaba
descender de la primera
Casa de Inglaterra , y hoy
aun ignoro quienes sean
los Autores de mi vida:
Con que de este horror cubierta^
erco que mi nacimiento
tuvo de humilde mas señas,
que de ilustre , pues callatle, ‘
fue sin dada por vergüenza.
Luego Genaro es meior
que yo ? Quién eso lo niega?
Luego en quererme , no solo
su noble amor manifiesta,
sino que me honra ? Es 'verdad*,
y es justo dé recompensa
mi amor al suyo. Además,
que mi gratitud confiesa
le debo la vida. Pues
que haré en que él su dueño sea?
Quien al agradecimiento
falta , imposible es que tenga
buena sangre. Agradecida
debo ser ; que ya esta prueba
tengo en mi favor de que
hay buena sangre en mis venas.
Pero aunque faltaran tantas
circunstancias que m.e empeñan
á amar á Genaro , una
superior oculta fuerza
á él me arrastra , á él me inclina
de tal modo , que no-deja
arbitrio en mi voluntad
para que de él me desprei>da.
Y pues me quiere, y merece
m;i amor , que el destino aprueba,
sea mi esposo , mi dueño.
mi bien, y mi dicha cíe rta.
Genaro:
Gen. Qué me mandáis?
Enriq. Solo , Genaro , que entiendas,
que si amándote te doy
vida , y si te aborreciera,
te diera muerte , no quiero
ser tan cruéi , ingrata , y fiera,
que ai que la vida me dió,
recompense mi entereza
dándole la muerte. Quiero
que vivas , para que veas,
que lo que- te debo , asi
te satisfago. Y pues esta '
declaración me parece
que satisfecho te deja,
vive para que yo viva,
y si tu mueres yo mmera.
Se quiere ir ^ y leí deiiene.
Gen. Espera , Enriqueta amada,
y permíteme que pueda
puesto á tus pies tributarte
una alma que te venera,
un corazón que te adora,
y una vida que te aprecia.
Qué yo tan feliz he sido!
Qué es posible te merezca
pagues mi amor 1 Laíalegria,
el jubilo , y la soipresa
me atribulan. Yo no sé
lo que me pasa.
Enriq. Yo fuera
una desagradecido,
si obrase de otra manera
con quien la vida miC ha dado,
y por quien debo perderla.
Gen. Pues tuyo soy.
Enriq. Y yo tuya.
Los z. Para que asi en dulce hoguera ,
vivan , descansen , y alienten
almas que tanto se aprecian.
Gen. Vamos á ver á mi padre,
y al Joven que mi clem.encia
condujo aqui desde el monte
sin sentido , y á la fuerza
de un benéfico remedio,
volvió en sí.
Enriq. Verk desea
1? £/C*í,
mi curiosidad, Gemro.
Tu gusto es ya mi obediencia.
Y en tus aras:-
Enriq. Eji tu obsequio;-
Gen, Consagro por dulce oFrenda;-
Enr'iq. Dedico por sacrificio: -
I.os 1. Sentidos, alma, y potencias, (yante,
Eíuertx dilataday con arboles frondosos , mur-
tas contra los hast’dores , macetas , y verdu-
ras. En lo ultimo áel foro y el Re/^
y Ricardo , se pasearán
lentamente.
R'c. Con que en efedto, Señor,
respiráis con toda aquella
preciosa tranquilidad
que mi corazón desea?
p^^y. Si , Ricardo.
pjc. Pues, Señor,
Dios permita permanezca.
per- Como os he expresado , al Rey
acompañaba muy cerca
de su real persona; herido
el Javali, entró en las peñas
mas ásperas ; yo en seguirle
me interesé ; y quando en fuerza
d“ conocer mi peligro,
tiré. al caballo las riendas,
desbocado ya , no pudo
reconocer la obediencia
al freno , y precipitóme:
Merecí á la Providencia,
que tu hijo me socorriese,
y en sus hombros me traxera
á tu casa sin sencido;
donde hallé quanco pudiera
en el Palaoio del Rey:
Y asi, l^^vida confiesa
mi agradecimiento os debo,
y eterno es preciso sea.
Ric. Señor , el que hace lo que
la humanidad nos enseña,
hace solo io que debe.
Rey. Pero es fuerza se agradezca.
lUc. No seria tanto , si ,
los hombres bien procedieran;
porque parece un prodigí®
el que al infeliz remedia;
y es una obligación, que
la sabia Naniralezi
nos Impone. No causaran
por cierto las obras buenas
admiración , Señor j ^ ^
con mas frecuencia se hicieraní
pero como son can raras,
por maravilla se cuentan.
Decis bden. Un Carbonero (-q»,
asi raciocina , y piensal
Me admira! Mas de la Corte
quanto ha que hicisteis ausencia!
Rk. De la Corte ? Yo no he estado
desde Escudiantillo en elU.
Rey. Y por qué?
Rk. Porque formé
de ella un concepto que aprueba
la razón ; y por lo mismo
no quise volver á verla.
pey. Y quál es ese concepto?
p¡c. La Corte , según la id(ea
que me propuse, es lo mismo
que un Babel ; porque se encueacr»
ninguna , ó poca verdad,
habiendo infinitas lenguas. " ?
La tranquilidad alli
no se conoce , pues reyna
en todos sus moradores
una confusión eterna.
Y en efeélo , alli las alma#
grandes, á reconocerlas
por sus virtudes, el mas
alto talento no llega;
porque hace la hipocresía
que otras , con una apariencia,
que la malicia dispone,
se equivoquen con aquellas.
Y en efeéto , alli , Señor,
la profasioíi, la opulencia,
y el luxo se estiman ; mas
mi humilde trage desprecian.
Rey. Pero no sabéis , que el Rey
incesantemente vela
por el bien de sus Vasallos,
que como á hijos los aprecia?
Rk, Aunque á mi Rey no conozc®
tengo noticias muy ciertas
de sus heroicas virtudes,
y que lo mejor desea
pa
de "Londres , í?
para su Reyno : mas cémo
no vé lo que pasa , y llegan
las noticias á su oido,
6 tarde , ó nunca , remedia
lo que sabe ; y lo que no,
enfermo siempre se queda.
ÍRf/. Cada vez me admira mas (4/.
este hombre! Quién tal creyera!
Yo he de hacer que conozcáis
al Rey , y le habléis.
tisc. Me tiembla,
de oíros solo , todo el caerpo!
Yo hablar á mi Rey? Pudiera
articular ni una voz
delante de su presencia?
R#/. Y por qué no ? No es un hontbte
como los demás ? Desprecia
ai humilde acaso ? No oye
con benignidad sus quejas,
y enjuga el llanto á los que
con él á sus plantas llegan?
Hzc. Oh Principe* amado miol
La Divina Omnipotencia
te dé las felicidades
que mi alma te desea.
Señor , aunque el Rey es hombre,
es Deidad , en quien se observa
del Altisim.o una imagen,
R;uy digna de reverencia.
Toda mi casa , mis hijos,
la sangre que hay en mis venas,
en su obsequio perderé;
pero con qué complacenclal
Mas hablarle yo ! Señor,
mi Veneración supera
á mi amor , siendo tan grande,
y ella alli me confundiera.
Rer. Pero •dmo queréis tanto
al Rey , quando es cosa clerit
que «o le habéis visto?
Ric. Pues
necesita que se vea
el Monarca , para ser ' ' . *
amado con gran ternera
de qualquiera buen Vasallo •- ^
El es Padre , que dispensa a'd
sus gracias para sus hijos
los Vasallos, sin que tenga
conocimiento formal
de cada uno j y manifiesta
con esto lo que ios ama.
Pues por esta misma regla,
aunque no se le conozca,
es preciso se le quieta.
Rey. Yo seria feliz , sí (sf,
muchos Vasallos tuviera
como este. Pues á vuestro hijo
es preciso deis licencia
para que pase á la Corte
con migo. Yo haré que sea ""i ' _
favorecido del Rey,
y que al instante le ascifoda
á un buen empleo.
Rk. En no siendo
para servirle en ^ la guerra»
nunca lo permitiré.
Rey. Por qué?
Kic. Porque solo en ella
el mérito se acredita,
y el amor que se profesa
al Rey , y á la Patria : AiU
el valor se manifiesta;
y aquella sangre , que las
heridas en la pelea ,
vierten , caraéleres soa ,
que inmortaliza la tierra
sobre su faz , parr, que
lo mismo haga el que los lea* :
Rej. Pero no reconocéis
que es expuesta esa carrera?
Ríc. A qué , Señor ? A .«fiorir
por la gloriosa defensa
del Rey , y la Patria ? Pues
no es m¡uy grande dicha esta* ,
Por Dios , que si en la Campaña»
aun con: mis canas , me viera,
por nú Principe, prodigios
de valor , Señor , hiciera. . _ . l
Rey. Dadme los brazos , amigoi
que esas palabras me llsnai .L I
de jubilo, y es preciso . . -
de este modo agradecerlas.
Llamadme aqui á vuestro hijo. o>
R'c. Ya con mi familia llega,
.celebrando todos juntos * ' ^
con bayletes, y con fiesta, •
C lof
El Carbonero
I <5
los edss que en mi casa
ten'go.
J‘#7. Pues quién mas se hospeda
en elha?
ifc. Una Dama , en quien,
prodiga na'curaleza
reparció tanta hermosura,
que admira , Señor , al verla.
Jlif/. Y'de dónde ei? ,
Ríe. De la Corte.
Re/, y cómo está^ aquí? '
FJc. Por, ciertas
aventuras , que es preciso
que Qs asom.bren, al saberlas: ■
Yo os las contaié , pues ya
mis hijos , y criados , llegan.
Sahn cantando i. i Arlado ,y tocando pan-.
á^ retas i y castañuelas ^ Isabela , Ja/me¡, ,
f hombres/ wugeres y , que, ti taponen cna- .
ios de Kt car do < En -medio. evenir kn Gena-
ro , y Enriqueta al,, i-íí ht dot tsl Rey y le ;
hacen una profunda reverencian pero En-..
riquetáy que le conoce anme ¿tatamente y ^
-haíe extremos de- sorpresa,y / ,
■ admiración»
Cantan A los, ñqespedes bizarros .
con bayies celebreni-os, , '
deseando que sus vidas,
no conozcan ya mas riesgos.
Tod. rto. Que vivan eternos años^ ^ ^
V siempre^ dichosos sean.
Ersriq. Qué tmro ! Válgame DiosU: iap-..
Este es el Rey.*;
Re/.Qnk belleza
tan admirable ! mas yo
otra Vez he vi o cerca .
ce mí este rostro. Ricardo, -{a ti ap.
por cieito que ,en 'vuestra^ huerta _
hay preciosas planaasC
Ric. Pero . ,
se haa criado en otra tierraj
las de «aqui no tienen tanta
sustancia, pero rr.astfuerza.
Re/. Y ieerdme ; Esa Madamia ^ ^
có'uov se llama? - ‘ .
R:c. Enriqueta.
■Re/. Enriqueta ? Si , ahora caygo
-en que de Rusban es esta
iap\
{ap.
ella.
W'
la hermana , y aun reconozco
la ha turbado mi presencia.^
Enriq. Cómo me mira 1 Y su vista
hace qu-e mas me estremezca. ^
Rey. No quiero que me descubra,
pero esto asi se remedia.
Madama. « Caminando aaa
%l^riendo hincarse de rodillas , la detttnty
i dice aparte. ,
üí/. Qué hacéis? . ,
No quiero, que nadie entienda ,
quien soy,, y -quiero saber
tÓTiO aquí -estas.,
jRnr'q. La sorpP€sa,i
que de . Vuestra Magestad
me causad la. R;ál .presencia, ,
y ser tan, larga, nai historia, ,
conno infeliz., Y;, funesta,
no me permiten que en breve ;
tiempo . Señor la, refiera. ;
Quando 'Vuestra.Magescad
guste , Ja.oitái.mat. le ruega
mi fatiga ,, que.. eche, un rasgo ,
sobre nní , dej su. clemencia.
Ttev. Te-.ÍQ,.. aseguro.,, Después
sabré , despacio tus penas, .
Dlsimmla,,
Jl'n.. Qué ¡.hablarán >
este Joven , y Enriqueta, ,
en. secreto. canto liemipo?
pues si pronto no lo déjati,
perdonen todos, qi>e yo
haré lo djen por fuerza.
Rey. Con que , Madama , de Londres
sois? ^
.£nr¡q. S-ñor-, aunque quisiera
ocultarlo , mi vestido c '
parece lo manifiesta.
Y sé sois hijo del Conde ,
de Egremont. ^ •
Rey. Quien os lo niega? ;
Ric. Dwl Conde de Egremont hijo?
Oy mi fortuna es completa. -
Gen. Que he escuchado 1 Hjo del Cono»
•- de Egremont sois ? Del que cueot»
la fama por el mayor
Héroe, que hay sobre k tierra?
(ap.
de Le
De aqael Genera! valiente,
que de la Patria en defciiia,
se coronó en la campana,
y en ocasiones diversas,
de Laureles , que la embidla,
ni el tiempo , no es fácil puedan
njarchitar ■'? Que sois del Conde
de Egremonc hijo , el que espera,
que oy pase su Regimiento
por aquí , para qjas sea
conducido á conseguir
á su lado glorias nuevasí
Ah ! si yo lograra ir
‘bajo sus ordenes!;
jigy. Esa
satisfacción j que con tanto-
'^gusto parece deseas, i
ya la tienes ^conseguida;
pero "no ^conio 'tu piensas.
Capitán 'Üel Regimiento^
de 'Egre'mont ‘eres. Y piensa
que esta remuneración
á la vida que confiesa
deberte mi amor , Genaro,
no es mas 'que una leve muestra
de mi gratitud , pues quiero
gozes otras mas completas.
R'c. Gran 'Señor, á vuestros pies;-
2tf/. ^ o , mis brazos quiero sean
los que acrediten lo mucho
que os estimo. Yo hafé cierta
tu fortuna, porque 'y'a
que me descubrió Enriqueta,
al Rey pediré que te haga
las gracias que hacerte pueda.
%nr!q- Y sabed , que con el Rey
puede mucho su Excelencia»
Apenas acierto á hablar
del gozo que experimenta
mi corazón. Mi Genaro
Capitán ! Qué complacencia!
Gtn. En su semblante acredita
su alegría mi Enriquetal
Rk. S.ñ-or Capitán , yo os doy
amables enhorabuenas
por vuestro adelantamiento;
pero las acciones vuestras
cuidad de que correspondan
•ndres, 3 ^
al carader que ©s eleva,
ai padrino que ceneis,
y á la sangre de esas venas.
Ge«. Saber morir por mi Rey ^
es mi obligación primera.
Isa. Señor , también es preciso
que os acordéis de Isabela,
que al miraros desmayado,
ly con tan bella presencia,
lloraba, sin que pudiese
mis lagrimas, coaitenerlas:
Pero después que cobrasteis
el sentido , y que ya vuestra
amable vida 'se vera ,
libre de la horrible fuerza
del accidente', 'qiíé "gozo,
qué jubilo , y ^éomylacencla
se derramó por 'rhi yecho?
Sobre que mi alrña 'os profesa
mas amor que -á . Jáytííje', siend®
el que mi "Padre desda
que yo admita 'pbr ''íh'árídb.
Esto pende de la influencia
de los otros , que me obliga»
á que mas que á nadie os quiera.
'Gf». Isabela; -
Rey. Dejála,
que me gusta su Inocencia.
Rk. Al menos , Señor , no hay
ninguna malicia en ella.
Rey Si , Isabela hermosa , yo
tanto estimo tu fineza,
que te haré dichosa. Y Jayme
quén es>
Jí,*. Este. Jayme, llega.
.Jay. Yo , Señor , soy , 7 soy
qui.n rendidamente os ruega
que con mi amo el Cápitau
también 'm'e'empkeis 'éñ da 'guerra,
á dónde venga Tiha Eála,
y rae ■párta, la cabeza-,
para no oir enjairás
las cosas que mi Isabela
’me dice : Ella al "mas ruin "moro
'por mejor que yo 'contempla,
sin ver que no ten jo culpa
de que la naturaleza
so me hubie^f- á mi hecho el mas
C z po
20
(ap.
a §
■1.
jolido gue hay en tierra;
gue ÁUíigue lo fuera» lo niistBO
que la quiero , la quLiera.
En fin , cómo ha de ser í Soy
muy desgraciado con ella»
j mas que el Tamesis gotas
tiene de agua , á mi me cuesta
su amor lagrimas , y aun
foji eso no esta couceuta»
£.e/‘ Jsyme » tu mereces ser
querido p.r tu firmeza:
Feliz te haié. Quauto gusto
me dan almas tan sincviaií
Ricardo , saber deseo (^/>-
como aqui se halla Enriqueta.
R¡c. Está bien , Señor. Muchachos,
continuad, pues, vuestra ficju,
y dejadnos todos solos.
Tüdís.'í'd^i lepicamcs la letra...
Cea. Yen , Enriqueta adoiada.
£ar'iq. Si eres mi norte , no es tuerza
que ce siga?
Ci7i. Feliz quien
oye tan dulces finezas. , , , ,
Rep-tea ! a i^rra y y se van todos baylando.
Jlf. Vais, S.ñor, á escuchar una
historia , que aunque^ pequeña,
creo que me confeséis
que es muy peregrina y nueva.
Rey. Decid pue’S.
R¡c. Esta maúana,
poco antes que amaneciera,
á exercitar lui mi oficio _
ai monte , que es sacar piedra
para hacer caí bou ; Üo bi=n
á él llegué , quando muy cerca
de mí , ruido escucho ; aplico
la vista por las espesas
ramas y á la escasa luz
de la Luna, veo llegan
aili dos hombres montados,
y quatto á pie; Crei que erani-
Sale Jayrne- corriendo.
Jay. Nostramo , un Milord , según
ha dicho , llegó á la puerta
de nuestra casa , con otro,
los dos á caballo ; se entran
como si en su casa fuera;
r fer
{ap.
EK^arloñero .
y el Milord, cuyo semblante
íhiclara bien su sobervia,
nií preguntó por Ustedi
dixe estabais en la huerta;
Y sin Vsperar á mas,
tras de mí viene, y ya llega.
R e. Un Milord buscarme a mi?
Rey. Yo no quicio que me vea,
oculto estaie allí.
Rtc. Mi gusto
es solo el de Vuecelencia.
Se oculta el Key en la ¡íquierda ;
¡a derecha^ salen Rusban^
j Eduardo.
Rusb. No te apartes de milado,
si tener vida deseas,
pues j'a conozco que vienes
aquí con mucha vioieiicia;
y esto me hace que recele
mucho de ti:
Zd.ia. Mi inocencia
amparen los justos Cielos.
Ruíb. Con qué sois ei dueño de esta-
casa? ,
Ric. Y vuestro humilde criado.
Kusb. Sea muy enhorabuena.
Rey. Milord Rusban es •• Sin duda
busca á su hermana Enriqueta:
oiiie importa.
Rusb. Conocéis
á este hombre?
Ríc.'Lí Vez primera
que logro veiie , esta es.
Edu. Aquí ya mi muerte es cierta, (ap.
Ric. Qisé es lo que queréis , Señoi?
j^iísb. Haced salga de la huerta
ese ciiado. .
Ric‘ J^ynie , vete. {Vasejume»
Rey. Qué prevenciones son esta.?
Ri¡¡b. En vuestra casa tenéis
uiia Dama.
R/c: Qnién os niega
esa verdad?
Edu Qué oigo , Cielos! ^
Rusb. Su nombre no es Enriqueta?
Kk. Si Señor.
Edua. Absorto estoy!
'1
I
{ap.
(ap.
Maua. . •
Rusb. Eduardo , ahora si que es fuerza
álLlC
31
de Londres.
que confiéis tu honraJeZj
tu bondad j y tu puicza»
Edua. Este prodigioso caso W-
ci jus-ü Cielo le ordena.
Rmib.Vncs á Enriqueta entregadoic
porqiie yo vengo por ella.
Rtc. Y para esso quién sois vos?
Rwi. No hablareis de essa tcancra,,
quando sepáis que Milord
Rusban os la pide.
R/V. Fuera
demasiado simplc^í^^o,
si aunque seáis es^ quc expresSt.
vuestra voz , os la entregara.
Ella no es hermana vuestra:
todo lo sabemos ya;
y pretendéis cen violencia
quitarla el honor ; y tal
vez por vos seria puesta
en el sepulcro, del qual
la libertó mi clemencia.
Rey Quanto oygo me admira í
RU. En fin,
seáis , ó no , el Milord , la empresa
de que á Enriqueta os entregue,
primero que el Rey no entienda
todo este caso , es difícil.
Rusb. Y me hablas de esa manera,
villano , sin conocer
que haré que viólima seas
de mis íurores !
Safe Enriq. Si al Rey
hablarle solo pudiera: -
Mas que miio ! Ay Dios • Eduardo.
Les dos con Ímpetu de sume goto,
Edaar. Madama !
Ru-h. Cielos , no es ella !
Qué feliz encuentro! No,
Enriqueta , te detengas,
sígueme a Londres.
Rey El caso dparte.
se ha dispuesto de manera
aunque de él nada comprendo,
que ya me parece es fuerza
que me descubra.
Etsriq. Primero
que en tu poder mas me vea,
karé qiae sacrificada
á un puñal mi vida sea.
Yo con un hombre tan cruel
,como Rusban ? La obediencia,
que como á hermano debía
tenerte , está ya deshecha,
pues no lo eres mío ; ni el
nras leve imperio te queda
sobre mi ; Libre nací,
D! aun íé 3 quien el ser le deba:
mas no Importa , que las almas
nobles , labran su nobleza
con la virtud : Xu al contrario
procedes , pues la que heredas
la manchas con tus acciones
que mi corazón detesta,
y mi vida teme. Vete,
bárbaro , de mi presencia,
que entre estas humildes gentes
todas mis dichas se encuentrani
y puede séx que haya aqui
quien abata tu sobervia,
quien reptima tus crueldades,
y castigue tu imprudencia.
Rey Cada vez mas admirado
me contemplo I
Rusb. Y asi piensas,
injusta , de mi burlartel
Ven á Londres ; No hagas vuclv?
‘ el amor que aquí me trae,
en un horror , que convierta
en pavesas esta Casa ,
y á quantos”éstáa en ella.
Ríe. Ni eso haréis , ni iiá con vos
Enriqueta.
Ruth. Y hay quien pueda
estcrvarlo ?
R’c. Si hay.
Rusb. Quién ?
Sale el Rey , Ru han , y Eduardo se str*.
frenden.
Sale Rey Yo.
Rusb. Q é.miro Mi sorpresa;-
Edúar. Qeé veo, Cielos! El Rey !
Rusb. No
me deja hablar. Señor vuestratr
Rey No quiero oírte, hasta que
todo quanto ignoro entienda,
y entonces no faltará
kí
2 2 El Carbonero
mí jasticíj al qae la tenga. Jayme $ que ocurre! ^
Enrtq.Vacs dc mi parte está coda. I/4. Han llegado ]
Edu.lAl labio asi lo confiesa, á casa:- La voz apenas
Seno'.
Rh.Q^c grande respeto '(ap-
al h.)0 Tde, Egremont muestran
todos ! L-to, me sorprende!
Y el ardor *y la sobervia
del Milord , como una nieve
ha dexad© su presencia.
Ruíb. Aqui el ^ey !. Confuso estoy! (ap^
Edu. yisiblemente á más ¡penas -fap*
h(,y ,el Cielo dá remedio,
üf.-. Quiero exjáiques , Enriqueta,
por que aquí ce hallas., porque
Rusban ser cu amanee muestra
mas que tu hernrano , y por qué
á ir á -ia Corte ce niegas
á su lado ; pues todo esto,
bien reflexionado , dexa
confuso mi eniendimáenro
quando penetrarlo -intenta.
Ru b. Gran ;&eñor:, :sabed que:-
Rc). Aguarda.
Enriqueta ;quiero 'sea
la que me .entere primero
de este caso, que me .cuesta
tanta cotlfusion, Rusban.
Pero antes es bien que ladvierta'S.
castigará das maldades
ti que las virtudes premia.
Rv h. Gran S-eñor , si yo;-
Rty. El amago
es este : del golpe ^tiembla.
Habla Enriqueta. ^
Ric. Tentblando ^ ‘X'íf*
rae ha dexado su presencia
itrirada. Y.a otro rostro ^ ;
es el bii.yo del que era.
Oid Señor atentamente,'
oue ná historia infiusta émpieza.
Sa la cerr'-eudo LdL-ela , ^ayme , y todtfr
Its crhidos con ¡ai panderttas / cafíaUtítlat,
Dentro Egrs. Seguidme todoS.
Rty. Qué es eseoí
y.a/ . Noi'trimot-
ha. P.ídre:-
Ric. Isabela,
puedo formar.
R¡c. Quién -llegó?
Jay. Muchos Señores, que plensaa
aquí hallar á nuestro Rey. ,
Rlc. A nuestro Rey! f
Loí 2. Vedlos , ya entran.
.Salen con precipitación el Conde de Egremonf^
Milord Grayylos'Ofic. Genároy y Monteros,
iGen. Estos Señores al Rey
buscan con tanta impaciencia:-
■ Egre. Todo se examine*.^ 'Mas
qué miro! Señor t, á vaiestras
inviélas plantas rendidor-
íGra. Postrados todos ea éllas:-
.Todos. Damos á *Dios , por íhaberoli
hallado , gracias Inmensas.
-Rer. Vasallos samados míos,
• mis ib tazos ^descanso -sean
•‘de esas .amantes fatigas
que mi vida reál os Cuesta.
.'R/c.Gran Dios, qué es. lo qUe he escuchado!
Este es ná Rey ! grandeza
se dignó de oir 'á este pobre
«caduco tamtas simplezas!
Pues si he logrado esta gloria,
qué mas de testa vida esperan
miis cansados años ? Hijos,
-iGenaro , Jayme , Isabela,
llegad con migo á los pies
de da Magestad excelsa
•de -nuestro gran Xey -, 'que es este}
"H}dsf.'jt preiipitan ¡d ios ‘pies del Rey,
'besémoselas ten mttestras
•de nuestra veneración;
Y' todos áigamos , ‘sea
su nombre aclamado en todo
el ámbito de da tierra.
‘Todos. Aclame -su nombre todo
el ámbito de la tierra.
Rey. Qué espeftaculo ‘tan digno
de mi -amor ;y -raí eleínencia!
Alzad todos á mis brazos.
Vuestro Rey soy , y confiesa
mi gracitüd , que la vida
os debo.
py.
23
Londres»
Jar. Quien tal crcjera ! _ ^
Que fue, el, Rey á quien ronté.
las cosas de., mi Isabela 1'
jayme , yo temblando estoy,.
V he quedado medio lela.
Egrem. Hallarse, Míiord Rusban a f arte»
aquí , y su hermana ^nT5que.ta 1
Ctn. Otras mil veces , Scáor,,
permitidme que en la uerxa;
que pisáis ponga mis labios, ,
mi respeto , mi obediencia,
mi vida , j-, mi sangre, para^
acreditaros la, inmensa
alegría , que en mi pecho -
esparce , causa , y fomenta >
el saber que sois m.i Rey,
á quien ofrezco, en Ja guerra -;
adquirir toda la. gloria,
que mi corazón anhela...
Jtf/ Levanta : De ti lo creo,
Genaro, Egremont , en esta ;
pobre familia . encontié ^
la vida. ,
Egrem. Tpdos á vuestra
Magestad , Señor , buscamos ^
con el ansia , con la. pena
mas graniíe^ D-e íBIíu Pasagero >
supimos:-.. ^ . ■
Esy Egre.T.ont , deja i
infaustas noticias , pues ;
hoy quiero que todo sea -i
alegria en esta Casa,
ya que hallé mi vida en ella.
Ves 3 Ricaido , como hablastes ;
á tu Rey ! .
Pero mi lengua
estaba entonces , Señor,
íi'uy perspicaz y muy suelta.
Ee/ Y ahora cómo está i
Eie. Ahora está:-
No lo veis ! con balbucencia.
Kusb. Quien pudiera imaginar
que esta casualidad fuera
la que á mis ansias quitara
la posesión que desean !
liuar. Teniendo conocimiento í parle,
ya el Rey de este caso , es fueiza
esperar que tenga fin
mis fatigas , y mis penas.
Rey Egrem.onc , el Regimieiito
aguando pasará !
Egretri^ Esrá cerca
ya de este, sitio , Señor.
Rey Pues dá orden que á teda priesa
se adelante para verle.
Egrem. Se hará com;o me lo ordena
Vuestra Magestad , Señor.
JJabla. a párti á un Oficial q:;s se va cor-
riendo.
Rey Eñ tanto quiero , Enriqueta,
que me. cuentes fu suceeu.
y pues que del Sol la fuerza
ts ya mucha , adentro vamos.
Ríisban , hasta que la buelta
dé á, Londres, que no te apartes
dé esta Casa.
.Rusbi Mi obediencia
rendida está-, Señor.. ^
RfCi Hijos,,
suenen esas panderetas,
cantad j.baylad , y del gozo
hoy toda mi Casa sea
habitación solamente, ^
pues tanta dicha en si encierra.
Gén. Y digaa. todos conmigo,'
para pnncip'ar la fiesta...
El seprirro Rey Enrique -
viva , reyne , y sietTj-re venza.
Todos El .scp-timo Rey Enrique
viva , reyne , y siempre venza.
Repiten, el >bayk y í cvyo compás se . entran
todos por su trien. ->
JORNADA II T.
1 , A
Salen largo de la Casa de' Rlc.-^-do , ador..^
nade corno corresponde á su exerc e o. Sa-
len Eduardo , Kusban , Enriqueta , Ri-
tardo y y el Rey s éste afenas entra en
la Scena , bahlari con el Oficial i .
Rush.E^Vc determir.srá el Rey' ^ap.
oh Dlosl Yu estoy confundido.
Editar. Quando romperé el silencio ¿p.
que
'24 - 5 ^ Cai-ho.
que está en mi pecho escondido !
Rejf Cumple mi orden::;-
O^címI i. Reverente
va mi obediencia á serviros.
Enríq. Todo el Rey lo sabe ya.
Qué resolverá ! No vivo
hasta encenderlo.
Idtf En efeéio,
mi deseo se ha cumplido,
porque ya sé de Enriqueta
ci caso tan peregrino;
y no hay disculpa ninguna*
Rusban , para tu deJito.
Til ñn fue darla la muerte,
y lo hubieras conseguido,
á no haber Eduardo obrada
tan piadoso , tan benigno,
que la confección la dió, ^
en vez del veneno aélivo, " -
por ti preparado ; Luego ,
el piadoso Cielo qui>.o
que Ricardo la sacase
d? aquel horroroso sitio,
que la dió para sepulcro -
tu corazoD siempre impío.
Tan grande inhumanidadi
que de oirla me horrorizo,
hace que lo justiciero
olvide lo co,m pasivo-
mas porque veas procedo
con coda equidad , permito
ce justifiques: Qué tienes- '
que decir contra esos mismos
carraos horrorosos ! bdabla;
que el buen Rey, presta un oída
á la queja , y otro es todo -r ^
de la disculpa : esta admito;
^3 lia , pii.^s» . jr-:
Rmh. AU gran S^áor !
Lo que en mi 'descargo digo
es solo , que apenas supe
que Eiiricjueca (cruel destino •.)
no era mi hermana , en mi pech*
un amor can excesivo
nació , que á su dulce incendio
se- esciavizjó el aívedrio. ' . *• .
La declaré mi pasión :
coa mi voz , coa ^mis suspiros.
"¡eyó
y coa amables promesas;'
sentando , que este cariño
era honesto, pues_ pensaba
viera el matrimonio unidos
el suyo j y mi corazón.
Pero siempre endurecido
su pecho Encontré , Señor.
Quise saber el motivo
de esta tyrana aversión;
y hallé , que estaba rendida
sir arnor á Carlos , un Joven,
que desde pequeño quiso
á Enriqueta , y ella á éL
porque se crió desde niño
en mi casa. Yo confieso, -
Señor , que al verle admitido
*n su gracia , y despreciado
yo de ella , nació un abysma
en mi corazón de zelos,
que las luces de mi juicla
confundió. Para indagarlos
con mayor certeza j finjo
un dia salir de Londres,
y quedé oculto ; Examino,
entrando en mi propia Casa
por la noche , que consiga
hablando Enriqueta sola,
decía.... Quando el alivia
dará con su vista Carlos
á mis penas ? Y perdido
mi talento , y mi razón,
darla muerte determino.
Pasó quanto sabe ya
Vuestra Magestad. Publica
mi culpa ; pero confieso
que amor fue de ella motiva.
Esto lo prueba mi llanto,
mi tonnenro , y mi martyrio,
quando Ilustró la razón
al entendimiento mió,
y recouoci el error
de mi ceguedad ; Testigo ,
de ello es el mismo Eduardo.
Yo sufriré-aquel castigo
que Vuestra Magestad dé
á.mi tulpa ; mas suplico
á tus Reales pies postrada,
que atienda justo y benigno
de landres.
*■*
4 «ae mi CTtoT hijo fie
de ua amor fisl > noble , j ano.
ley Te he escuchado. Y porque tcm
que procedo en este juicio
libre de pasión... Ricardo i
file. Señor.
S.0/ Que des determino
la sentencia en este caso.
Y de tu prudencia fio,
que la desempeñes como
merece mi Real servicio.^
file. Yo sentenciar , gran Señor ?
Pues acaso::-
Rer No te admito
escusa • X.O que he mandado
es fuerza verlo cumplido.
Ric. Pues si la obediencia es prueba
del amor y en esto os sirvo ,
vuestra Real resolución
voy á observar,
Rej Y entendido
tengan todos, que lo que
decretes , he de cumplirlo.
Ric. Enriqueta, un cargo os hace
Rusban , según he entendido,
que es fiicria evacuar. A Cario*
amas i
I*irlf. No Señor , le estimo
por su noble proceder,
no mas.
Rjc. Pues quando contigo
sola hablabas , y decías...
Qaándo vendrá á dar alivio
i mis penas con su vista
Carlos ¡ no fue un grande indicio
de amarle muy tiernamente?
No lo fue , Señor i lo afirmo.
Rlc. Cómo ?
Earlq. Porque esas palabras
las dixe con ua sentido
muy diferente.
Rtc. Y quál fue í
Enrlf. Opuesta yo i dar oído*
á la pasión de Rusban,
y por huir de los peligros
que pudiera producirme
estar debajo de un misino
techo los dos , le mande
á Carlos , ejüé coñ sigilo
un Convento me buscase
para que fuese mi afilo,,
te proporcionó ; y estando
codo , Señor , prevenido
para que al dia siguiente
fuese mi centro el retiro,
impaciente aquella noche
para sacar mis vestidos
le esperaba ; mas tardando,
dize... Quándo data alivio
á mis penas con su vista
Carlos ! Ya veis , que es distint»
este sentido , y aquel:
j aii razón justifico
con la licencia qoe ten^o
del Convento en este escrito.
Vedle , y hallaréis en él se le di.
mi cargo desvanecido.
Ríc, Es verdad ; mas porque no
admitisteis el partido
que os hizo Rusban de sac
vuestro Esposo?
MMfiq. Si él lo díxo
alguna vez , no fue i mí,
porque jamás se lo he oidoí
el solamente a piió
á triunfar del honor mió.
Rtc. Qué respondéis ?
Ruth. Que aunque no
manifesté mi designio
i Enriqueta , fue mi fia
ser su esposo.
Ríe. Y yo he creído,
que en vuestro fiel corazoa
permanece el amor arismo.
Ruth. Será eterno.
Ríe. Bien.
Pase / habla i farte cm el Rtf.
EéUtar. En qué d
situación , en qué corfllélo
me encuentro ! Si el R.-y dispone
este lazo , aunque en peligro
ponga mi vida , ni debo,
ni es posible peí ñutirlo.
Rey Y eso es lo que te parece
que es lo justo ?
Rlt. Por preciso
D
20
tengo sea la sentendaj ^
que déRusban de marido
la mano á Enriqueta.
Rey Y puede .
servirle eso de castigo l
Ru. Y grande. - -
Rey Por qué?
Ric. Porque,
según Enriqueta díxo,
fue delinqiience su amor,^
y él lo contrario ha fingido.
Haciendo case con ella,
se consiguen dos partidos;
el primero , que Enriqueta
íiuede con los propios brillos
eon que se ha criado; y el otro¿
que si fueron los designios
de Rusban iniustos , tenga
esta pena su delito ,
«ue no es pequeña. Señor,
sujetarle el alvedrlo,
y la volvntaá , al nudo
¿el matrimonio : Y si e» fixo
que le desea , estará
á mí siempre agradecido.
Mnri^. De un discurso tan secreto, ^ p.
qué resultará , Dios mió !
Rmb. Por ser <1 Rey tan elemente, á p
no temo ningún peligro.
Kk. Esto discurro , Señor.
Rfv Dices bien ; me feas convencido.
Rusban , aunque jo debiera
imponer a tu oelito
ia pena correspondiente,
le perdono, le remito,
esperando que la enmienda
declare en lo sucesivo,
que eres á mi Real piedad,
eaal debes , agradecido.
Enriqueta es ya cu esposa;
y yo he de ser el Padrino
de estas bodas.
El Carbonero .
que~ya en los tres examino
la alegría , que mi Real
providencia ha' producido^
en vuestras almas ; mas si
la sicnt; alguno , entendido
tenga j que sabré poner
su cabeza á los pies míos. v
Estima mucho á Enriqueta ,
Rusban , pues yo te lo pido.
Rusb. Yo os doy palabra , Señor,
de amarla mas que á mi misrr:o.
.Enrtq.'^ he de enlazarme al que tanto kp^
aborrezco , y abomino;
y ptm un precepto cruel, t
abandonar lo que -estimo i
Ah , Genaro 1
Eduar. Ni aun hablar
rae deja el Rey , y yo espiro.
E-ush. Feliz mil veces mi amor, ^
pues su fin ha conseguido.
Rk. Todo ha terniinado en dichas,
y todo lo solemnizo.
Sale Ofic. I. Gran Señor , vuestro Real or-
en todo eitá obec'í^ido. den
Rey Pues di á Egremont le conduzca
al punto.
'Oficial I. Voy á serviros. Van.
Eduar. Qué podré hacer en un caso
tan fuerte ! k parte.
Ennq. Genaro Tiiio, a, parte.
antes que de tí me aparten,
mi vida daié á un cuchillo.
Rusban , Enriqueta ,
tan su sorpresa
Ruth. Gran Señor;-
Enriq. S ño^ri-
y Eduardo man' fies ■
en sus acciones.
con aleyria.
con sentirrñinío.
Ei’iar. Q ie cruel marryrio 1
íijiero ci'-ie me neis gracias;
a. . 1.^ i ¿
Salen algunos -Monteros , el Oficial i. i
atros , M'thrd Cray , / Egremont ^ que con-
ducen k Genaro "vestido de Capitán . Ri-
cardo , y Enriqueta al xerki hacen
muchos extremes de gene.
Egre. A vuestros pies, gran Señor,
este Capiran dedico,
que formó vuestra Real mano
para el Regimiento mío.
Rey Levantad.
Lo hacen todos menos Cenare,
Gen. Dejad , Señor,
que permanezca rendido
en ellos mi corazón,
para que en fiel sacrificio,
agradezca tantas glorias
i
de Londres.
i ijac me habéis ascendido?
con ias quales, yx inflamado
es otro ser , de otro distintió
ardor , en mi pscho siento
naevo aliento > nuevos brios,
que sebré manifestar
delante del enemigo,
para acreditar asi
lo que os amo, en lo qae os siry®»
Rey Alza-, Genaro , á mis brazos?
y cree , que m icho confio
en tu valor gsneroso.
Rk. Genaro , querido hip,
qué bello- Capitán haces!
Cómo te sienta el vescidoí
Mánchale bien en la guerra
con la sangre de enemigos,
y con la tuya , y entonces
le • darás mayores brillos.
Pero perdonad , Señor,
este grande exceso mió
anee vuestra Magestad,
creyendo le ha producid® ,
el paternal amor.
Rey. Sil
V de ello me regocijo.
Ah, mi querida Enriqueta,
que feliz seré contigo'
Rey Egremont , mientras que t«
mis ordenes has cumplido,
aquí he formado unas bodas;
Rasban , y Enriqueta , oy lulsn»#
serán Esposos.
Gen Oh, Cielos' (yy.
Que sangriento basilisco
para devorar mi pecho,
se ha entrado por los ©Idos!
Egre. Con vuestra real expresio»
quedarnos muy confundidos!
Rusban , y Enriqueta , esposos,
siendo hermanos!
Rey. Yo ío afirmo:
Esposos serán : De todo
sereis después advertidos.
Egre. Yo os doy mil enkorabiieaas.
Grar. Yo placeres infinitos.
Enriq. Que crueldad;
Edu. Mortal dolor í (ay.
S t¡en eorAend» Isabela , / Jivme.
Issb, Donde estás , hermano uno?
J.ty. Seáor:-
L^s z. Dadnos mil abrazos,
pues ya Capitán os miro.
Rk. Apartad.
Re/. No; déjalos;
que esos entremos tan finos
la mii.ma naturaleza
los produce de continuo.
Gen. Pero como , justos Cielos^ (^/*
Enriqueta consentido
habrá .ea esta unión , dejando
burlado asi el amor mío!
Rey Y el Regimiento?
Egee. Las ocho
son , y ílegará á este sltío i
á las ocho y media.
Rey Pues
mientras tanto, divertidos
estaremos en la Huerta:
Venid todos.
Todos Yz os seguimos, (siguiendo al Rey.
Edu. Yo he de romper mi silencio,
aunque muera ai punto mismo.
Vanse todos ; Genaro detiene í Enriqueta
Gen. Esperare, ingrata , aguarda;
y antes que mires cumplido
el cruel decreto , que has dado
contra mi vida , á cu oido
lleguen las clausulas tristes,
peto justas , los suspiros
de mi amante corazón,
funestos, pero precisos;
y en quejas de tu trayeioa
exale el corazón mío
el ultimo aliento en prueba
lie mi dolor , y martirio.
No quiero explicar finezas
que me debes , pues registro
basta solo que ias sepa
quien las recibió , y las hizo,
para que aquel se averguenze,
si faltó á lo agradecido;
y este conozca , que fueros '
echadas al ayre mismo.
Después oe que seauciste
ral vida con los hechizos
D z de
Ac ta hermosura : despucS
que á impulsos del fuego aaiYO
en aue ardía , hice pagara
desde mi pecho á tu oído
ja amable declaración
de mi amoro'o deliquios
T después que merecí
ádmitiese graro , fino,
y amable , tu corazón ^
en su dulce seno al mio,
procediste tan iniusra, ^
tan cruel , tan falsa con mig *5
aue apenas pasa un momento,
á OTO premia tu cañáo,
y dexas abandonado
al que fue favorecido?
Qué causa te he dado pata
un proceder tan impío?
Te enfadaron los amantes,
reverentes sacrificios
qué inffioíé en tus aras ?^
Qué desengafío , qué aviso
hallo la primera vez
que al amor me vi rendidoi
Goza á Rusban , falsa *, goza
sus caricias con tranquilo ^
y eterno amor s que yo nar©
de modo que mis suspiros
me acaben , que mi^ dolor
dé fin al aliento mió,
que mi vista no te ofenda,
y en fin, que acabe rendido
á las penas que me caucas,
ansias, males , y martirios.
Irse , r
Detente s no de ese_ modo
te arrastre un tirano jUicto,
que haces de mi fiel amor.
>ío quieras , Genaro mío,
en medio de los tormentos
tan crueles, tan excesivos
qae estoy pasando , doblar 0$,
y reducirme al suplicio
Kas inhumano. Tu padre,
tu padre ha sido el motivo
de conducirme al sepulcro,
6 al cahmo, que es lo mismo,
Rusban ; Xo aprobo.el Rey!
El Carboner»
Y por mas que me horrorso
solo al pensarlo , por mas
que allí el labio mío quiso
manifestar el horror
que á Rusban profeso , me hx»
contener su Magostad,^
diciendo que era preciso
formar este lazo , o dar
á su indignación motivo
quien á él se opusiese. Mira
en tan cruel , duro Gonflitt©
cuantas ansias pasaría
el triste corazón mío,
viendo , que violentamente^
al que es de mí aborrecido
se me unía , y me arrancaba»
del feliz norte, que sigo,
del dulce puerto, que^ busco,
y del objeto , que estimo,
que eres tu , Genaro. Y pues
es la verdad lo que he dicko,
discurre , piensa , imagina^
algún medio , algún arbitrio,
qiTe venza mi dura estrella,
y mi infelice destino;
y verás soy en amarte
tíiilagro , asombro, y prodigio.
Gen. Dexa, que otra vez el alma
te vuelva. Qué es lo que he oid«
Qué eres mia l Pues ya no
temo, Enriqueta , peligros.
Me pondré á los pies del Ríy,
le expresaré el amor mió,
y que merezco que sea
del tuyo favorecido:
Y no me apartaré de ellos
hasta haberle reducido
á que con tu mano dé
vida al que confiesa él ffiisMO
debe la suya.
Eduardo al bastidor .
£du. Si al Rey _
solo hallara en este sitio:-
Mas Genaro , y Enriqueta,
están alii.
Sen. No , bien mió,
no sientas mas. De Rusba»
»o serás , porque confio
ie Londres'.
el Rer sas benlgBláaáís E5 adversos ó' estropicio
> * . _ > 1 ,. rt-t »rrr«
las exercíte con rnígo .
** ^ / •-„ c'ípio»;' De Enriciuesa-
Genaro es favorecido.
Bste amor puede ser uut
para lograr mis designios.-
C'w. Sígueme , mi bien.^
Mnnq. Tus pasos
como á mi' norte los sigo.
Jl irse , sale Eduardo , / se detienen.
Idu. Pero ese norte , Enriqueta,
puede causar mil peligros. ...
Mnriq. Af Dios! me escuchó Edaardo,(^/'i
á quien respeto , y estimo,
como si fuera nrí padre.-
«íu. Eduardo querido amigo,
la sorpresa de Enriqueta;-
Mdtt. Mace de amor , io he entendido,.
y quiero que- tenga efedlo.-
Los 1 . Efedo?-
Edu. Si , yo lo afirmo;
Vanos a ver al Rey-
Los a. Vamos.
Edu. Lleva , Enritcta , entenuinOi
qi e voy a dcvir ai Rey:-
Eduardo , qué?
Edu. Un prodigio vtefié.
Salen corto. Sale Isabela enrriendei , segui-
da de Jayme , i de los demás criados' Ue
K cardo.: A'lo hxos se escuchará la mu-
sica del Eegsrniento ^ que tocara una
agradable marcha,
tsa. Corred, mmchachos, z ver'
ti Regimiento locido
¿el que es Gamitan mi hermanoí
pues su Magestad , seguido
¿e mi Padre , y los SeñoreSjí
sale de casa ahora m.smo
para honrarle con su vista.
No oís los tambores y pitos,
y las dulzainas-, que sueoaa
á lo le) os?
Jay.Yz lo oímos.
Pero antes dime > Isabela,
en que quedan. os ; Respiro
con tranquilidad por ti,
ó muero de un tabardillo!
isa. No te eHcieedo j habla mas ílaro«
tu amor para mi ? Podré
creer , que pagas mi cariño,
ó rae emboco en el sepulcro
por huir de tus desvíos?
ha. Hasta ahora, aunque reconezc©
no es tu mérito tan lindo
como el de otros, qac rae quieren,
como eres un pobrecillo
de buen‘ genio-, y como sé ,
que ave quieres etifenito, \
¿e mi voluntad ocupas
solo el lugar prernetivo;
pero después no sabemos*
las rebueltas que el destino
puede dar ; qué en estas cosas*
de amor, hay tales caprichos,
que aquello que hoy mas se quiers,
es mañana aberrecido.
J'ay. Pero eso es ana inconstancia.
/j/i.'Quién lo contrario re ha dicho?
Pero- sabéis si hay alguna
niuger firme ? Desatino.-
Fn la variedad se busca
el gusto Jayme querido.
Pues despo emonos pronto,
y quitas esos pcbgroS;
Isa. M yores ios h y entonces.
J y. Pero entonces el niarldo,
si anda tuerra la muger-,
tiene facultad y arbitrio
para enderezarla.
isa. Cómo?
Jaf. A garrotazos.
ha. Maldito,
esas tienes ? No entrarás
jamás en el Reyno mió.
Bien puedes por otra parte
■ componerte , que con roigo
no casarás ! Garrotazos?
Pringamos , y ano no freimos 1
Ko me veas mas. Vamos á
ver el Regimieiuo , chicos. (yann.
Jay. Espera , Isabela roia.
Maldito sea mi pi.'o.
Qu;én me metió á mi en decir
lo qac no he de hacer ? Precke
c« sosplrar á sns pía
P«r
3 ®
JE/ Carh9ner-9
poí volver á sa cariáo. ^ .Vass.
Seivn larga. Se eye todo el golpe de la mú-
sica del Kegimiento , que tocará marcha.
Salen les Monteros j los Oficiales^ Gray^ Rus-
han , Eduardo , Genaro , Enriqueta , Ri-
cardo 5 y el Rey : Egremont , tomando la
venia del Rey , hace la seña , y marcha el
Regimiento con el orden que se dirá con
la viva voz . ; Poco después salen Isabe-
la j Jayme , y los criados.
Rgrern. Qüaii<do Vuestra Viagestad.
determine , el RegimieHto
pasará.
Rey Pase al instante.
Egrem. Obedezco.
Salen los Soldados marchando. Pasa donde
está el tambor de orden y hace senas con
el bastón y i. para poner las armas ai hom-
bro y 2. para formarse enbatjsila y 3. para
marchar 3 cuyos taques los -executa el tam-
bor y y empies-a el Regimiento ..i cruzar
la Scena con el orden / per-
fección posible.
Rey Bizarros jovenes ! Todos
son muy dignos de mi afeito.
Tienes ,, Egremont , la gente
mas admirable, que creo
hay en mi Exercito todo.
Reparte para un refresco
ciento y cincucata guineas
á mis Soldados.
Egrem. Por ellos
doy á vuestra Magestad
gracias humildes.
Rey Con esto,
vamos á la Corte ya.
Pero , Ricardo , á ella -quicr»
mudes tu Casa.
Ric. Señor,
yo á la Corte ?
Rey No hay remedio:
Te tengo nombrado ya
miembro de mi Parlamento.
Ric. Qué decis , Señor ? A mi ?
A un infeliz Carbonero ?
*^ues’no veis , que vuestra hechura
á Jayme i
11,0 os ce; a
satisrecno
E* mira
.ndote á mi lado.
lo es tare.
Ric. Pues obedezco.
Isab. Y querrás ahora rae case
contigo , quando’ ya vemos
que soy la Parlamentaria,
hija de un Parlamentero?
Rey Rusban , hoy tas desposorios
deterníiao queden hechos.
¡Gen. A vuestros pies , gran Señor,
en esta ocasión os ruego
que la Reai clemencia vuestra
de á mis fatigas remedio.
Enriq. Y amparo á las ffiias , pues
si él me falca , yo fallezco.
Ric. Qué querrá Enriqueta, y ,mi hijo? á p.
Eduar. Dios quiera dar buen suceso 4 /.
á nrii arbicrio.
Rey Alza , Enriqueta?
Genaro , dime , que es esto?
.Gen. Señor es una pasión,
un fiel amor , que profeso
á Enriqueta.
lEmiq. Y con el mío,
esta vida , que le debo,
le pago. Señor , yo voy
á uniune á Rusbaa por vuestro
orden soberano ; nnas
con tanto horror , que confieso
que antes quisiera morir
que ser su esposo ; aborrezco
á su memoria. Genaro • .
me dio la vida , y pretendo
pagársela , siendo suya.
A esto aspiro, esto deseo?
y con mi llanto , estas plantas
para conseguirlo , riego.
¡Gen. Con el mió solicito,
oh, mi amado Rey, lo mesíi*.
Rey Levantad.
Aari. Señor , vos propio
con soberano decreto
me habéis á Enriqueta dado :
A vuestra palabra apelo.
Eduar. Mi Rey os la cumplirá?
pero ha de saber primero:-
^er Ricardo que he de saber ?
haola , no quedes suspenso.
Eduar. Enriqueta es prima hermana
de
Me
és Rusbaa.
Enriq. Kusb. Qué escucho , Cielos 1
Eer Qué dices ?
Eduar. Lo que es verdad,
gran Señor : Desde pequeño
pasé con su Padre -á Indias;
volvimos á Londres , siendo
yo coda su confianza,
y querido con extremo
¿e todos. Madama Aurelia,
hermana de raí amo Ernesto,
que fue el Padre de Rusban,
conmigo casó en secreto,
y tuvimos (Ay de mil)
de nuestro infausto Hymeneo
á Enriqueta.
Enriq. Ah , padre nsio !
En vuestros brazos al Cielo
doy gracias , pues me descubre
hoy á los que el sér me dieron.
Editar. Si , hija mia , soy tu padre»
Todos Qué particular suceso^
2?í/ Prosigue.
Eduar. Murió mi Esposa
de parto ; y el nacimiento
de una hermana de Rusba»
para su dicha abrió puerco,
pues esta murió , y aquella
puse en el jardin , á tiemipo
que la encontró mi buen Amo,
y hizo pasase en efcdlo
por hija suya. Aqui consta.
Le da unos pageles , que lee para íí.
Señor , bien claro lo cierto
«e mi relato , porque es
la fe de mi casamiento,
y la de bautismo de
Enriqueta , descubiertos
en ella sus propios Padres,
como también sus Abuelos.
^ey Cierto : Es hija de Eduardo
Astruc 3 natural del Puerto
de Piinrout.
R/r. Cielos, qué oygo !
Eduardo Astruc ? (Q-é contento!}
y del Puerto de Plimout ?
Con esto dudas no tengo.
abracan estreobameníe.
I ondres. • 5 1
Hermano ario !
Eduar. Ricardo i
Qué eres tu i Que á verte vuelvo'i
Ríe. Ven acá , Genaro mío,
abraza á Enriqueta , presto,
que es tu prima hermana.
Los 2. Oh, quant© .
la sangre obró en nuestros peche^l
Isab. Por esa razón también
es mi Prima hermana , y debo
abrazarla por lo mismo.
Rey Tan admirado , y suspenso
he quedado , que no sé
~ lo que en ral caso hacer debo.
Rush. Yo si ,! Señor. A Enriqueta
por mi Prima hermana tengo,
la reconozco por tal;
y fue con causa mi afeí9:o,j
pues cr?o me le inspiró
la sangre con sus efeótos.
Ella propia ha confesado
que para esposa no puedo
lograrla , sin que su horror
no viva siempre en su. pecha
acia á mi. Y el matrimonio,
fundado en estos cimientos,
es imposible dejar
de tener un fin funesto.
Quiero igualar su virtud
para asi dorar mi yerro ;
Yo la daré un grande doto:
Y cásese en el momento
con Genaro, pues que tiene
á su vida mas derecho
que yo ; Quitársela quise,
y él se la dió ; Descubierta
que Carlos sea , también
sus virtudes tendrán premio
per mi mano: Ved, Señor,
si á vuestro gusto procedo.
Rey Y tanto , que hasta roí gracia,
Rusban , otra vez te vuelvo.
Enriqueta , dá la maHO
á Genaro.
Enriq. Y con qué afeólo !
Gen. Dichoso yo que la logre,
Ric. Todo alegría y contenta
sea.
Rer
co
%
Mi
^ey Vamos á la CoftS»
adonde celebrarémot
este caso prodi^oso,
Y tendrá Ia boda eiefto
de Genaro , f de i
tiéh. layn’e , ven , toca esos dedos,
pero mira no me toí^ue*
¿espues de casado*
Qarhonf^»
Jar. En eso . .
hay anircho qnz hacer. Despees
Isabela , lo veremos. .
Enr!q. Y aquí , Pabiico benigno,
si ha legrado complaceros.
Todoí El Carbonero de Londres
senga na aplauso poí" ptemro.
L I N.
Se hallará en la Librería de Casimiro Razóla , en la
de Atocha , írenre de la Aduana vieja.
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